Inexperto, joven, muchos temores, familia complicada, situación financiera difícil, solter@, cansad@, desanimo, desgastado, muy lejos, muy dificil, y mil cosas más, han sido situaciones que hemos escuchado de algún amigo o a nuestro alrededor; y que no solo lo hemos notado en otros, si no que lo hemos vivido.
Es una voz muy silenciosa pero clara, la voz de las excusas, y muchas veces ha tenido la fuerza suficiente para detenernos y si bien es cierto son válidas, no quiere decir que sean una verdad; vamos a conocer un poco más de su significado para así comprender mejor porque las usamos.
Una excusa es un motivo o pretexto que se alega para evitar una obligación o disculpar una omisión.
Según su definición de diccionario: Se usa para evitar obligación; han evitado a una persona en algún momento? Cuál es tu reacción cuando la vez? Indiferencia, distancia, ver hacia otro lugar… muchas veces esa es nuestra actitud delante de Dios porque sabemos que tenemos un sello como sus hijos, como sus ministros, un llamamiento que no ha sido entregado por hombres, que muchas veces cansa, pesa, duele; sí.
Pero hoy queremos desarmar esta excusa y motivarte, dice la Palabra de Dios en Esdras 10:4 Levántate, porque esta es tu obligación, y nosotros estaremos contigo; esfuérzate, y pon mano a la obra.
No estás sol@, muchas caminamos contigo en el ministerio, pero sobre todo hay uno, él que te conoce mejor que tu mismo; el que antes que te formase en el vientre te conoció, y antes que nacieses te santificó, te dio por profeta a las naciones. Él no te abandona!
Continuando con la definición, una excusa trata de disculpar una omisión, buscando un poco más, una omisión también se define como descuido, negligencia, olvido, distracción, falta, inadvertencia; que condición quieres disculpar? Pregúntale al Espíritu Santo.
Hay una verdad que trasciende, que nos liberta, nos da paz y seguridad para callar las excusas que quieren ser nuestras justificantes por la condición en que estemos o como nos sintamos; su Palabra.
Dice Jeremías 1:4-10
Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones.
Y yo dije: !!Ah! !!ah, Señor Jehová! He aquí, no sé hablar, porque soy niño.
Y me dijo Jehová: No digas: Soy un niño; porque a todo lo que te envíe irás tú, y dirás todo lo que te mande.
No temas delante de ellos, porque contigo estoy para librarte, dice Jehová.
Y extendió Jehová su mano y tocó mi boca, y me dijo Jehová: He aquí he puesto mis palabras en tu boca.
Mira que te he puesto en este día sobre naciones y sobre reinos, para arrancar y para destruir, para arruinar y para derribar, para edificar y para plantar.
Así es, hemos sido destinados desde antes de la crisis, desde antes del dolor, desde antes de la escasez, desde antes de lo que estés enfrentando.
Porque ante nuestra inmadurez, inexperiencia, juventud; tenemos un propósito dado por el Señor. Porque cuando tenemos temor, nos recuerda que va con nosotros.
Porque hemos sido tocados por el Creador de todas las cosas, hemos sido equipados por el Dios de los tiempos.
Porque el Rey de Reyes, nos dio autoridad, nos dio la fuerza para arrancar y destruir cualquier mentira que levante el Enemigo a través de las circunstancias, nos dio las estrategias para arruinar y derribar el acta de los decretos que nos era contraria por el sacrificio de la Cruz.
Porque nos dio capacidad de edificarnos y edificar a otros.
Porque nos amó.
Propósito sin excusas, desarma las excusas que te han detenido con la verdad de su Palabra y la seguridad de su Amor.